Coto Matamoros demostró ayer en el Deluxe que le importan poco las consecuencias de decir su verdad. Tras usar la primera parte del programa para responder a todo lo dicho sobre su persona esta semana, un alegato contra ciertos usos del colectivo homosexual provocó un cisma en el estudio con el abandono de Jorge Javier Vázquez del plató de forma temporal.
Si esta misma semana os comentábamos que Coto Matamoros se había convertido en una nueva monjita de la caridad que no se creía nadie, ayer el propio interesado, en Sálvame Deluxe, logró dar el campanazo al confirmar que de lo dicho nada y que sigue siendo el mismo.
Coto Matamoros pasó de ser una de las caras más famosas de televisión a convertirse en un mero colaborador que terminó pregonando un suicidio, escapándose a Tailandia y hasta ahí llegó la historia. Su reaparición en Sálvame Diario, provocada por lo expuesto por Lydia Lozano el día antes, fue de lo más esperado del día de ayer en el programa.
Coto Matamoros ha acudido a DEC para contar su terrible experiencia en el Centro Penitenciario de Aranjuez durante 90 días. Según ha comentado, ha vivido unos momentos horrorosos y se ha sentido tratado como "un mono". María Patiño no se ha cortado y le ha dicho que si ha estado seis meses sin ver a su hija pequeña es porque ha querido, porque se fue a Tailandia, sabiendo que no le podían extraditar, pues era un delito leve y fingió un suicidio para ingresar dinero en su cuenta corriente.
Kiko Matamoros acudió el sábado por la noche a La Noria para centrarse en su relación con Makoke, después de haber estado el viernes de la semana pasada en DEC, en su segunda intervención en un corto espacio de tiempo. Este repaso a las intervenciones televisivas de Kiko no tiene otro fin que mostrar que el famoso polemista se intenta enganchar de nuevo a la tele, o lo que es lo mismo al dinero fácil que trae el propio medio y la incidencia de salir en él.
Aprovechando que 'el Pisuerga pasa por Valladolid' o que la guerra mediática de los hermanos Matamoros ha hecho una suculenta caja con las noticias y desmentidos de suicidios y otras miserias, la hija resentida de Coto aparece en televisión para echar más leña al fuego y así, de paso, sacarse un suculento sobresueldo con el que afrontar este tiempo de crisis económica y sentimental en su familia.
Que la vida y milagros de los gemelos Matamoros son de cotilleo público, eso ya no hay quien lo dude. Sólo hay que asomarse a cualquier programa televisivo del corazón para ponerse al tanto de las miserias que les aquejan y que tanto rentabilizan en su cuenta corriente. A pesar de que ya hacía un tiempo prudencial que no aparecían por la pequeña pantalla, cualquier ocasión es buena para hacer caja, aunque resulte lo más escabroso y demencial que un ser humano pueda hacer público. Pero es que ellos son así y cualquier dolor es bueno siempre que interese al bolsillo.
El viernes pasado veíamos muy desmejorado a Kiko Matamoros, enfrentándose a Coto Matamoros, por todo el recurrente tema del suicidio, que ese mismo día dejó de serlo. Sorprendía lo delgado que se había quedado Kiko, acostumbrados a ver un cuerpo machacado en el gimnasio. A la pregunta de qué le ocurría contestó evasivamente que con la crisis comía menos, pero que para nada Coto tenía que ver en su aspecto. Todas las miradas apuntaban a su crisis con Makoke tras más de diez años de unión.
Después marear a los medios del corazón, sobre todo a los de Antena 3, de haber alimentado con este tema varias ediciones de DEC con la presencia de su hermano, Kiko, de su hija mayor y del propio Coto en conexión desde Tailandia, todos los televidentes esperábamos con ansia el suicidio tan anunciado de Coto. La mayoría porque no lo creíamos posible y esperábamos a ver como acababa este fraude organizado por Coto Matamoros para sacar dinero.