Anabel Pantoja regresaba ayer a Sálvame a merendar, a decir que se gastó 1500 euros para salvar a su novio y a exprimir algo más la teta de la vaca. Resulta casi indignante que una señorita que confirma su incultura cada vez que abre la boca siga siendo, presuntamente, la cómica oficial del programa cuando la que trinca y se ríe es ella.
Lo hicieron con Ruiz-Mateos y con Mario Conde. Ahora le ha tocado a José Luis Moreno, pero la jugada quizá haya llegado a cansar al contribuyente. Entre otras cosas, porque poner a su servicio a las televisiones que trincaron cinco millones de euros del contribuyente durante la pandemia no deja de ser una jugada maestra.
Con Anabel Pantoja pasa como con el cuento del traje del emperador, nunca se sabe quién se burla de quién exactamente. Tras haber hecho lo que le ha apetecido en Supervivientes pasándose las normas por el forro del bikini, ayer, por fin, echaron a su novio a costa de haberse cargado, injustamente, a Palito.
Tal y como comentamos cuando comenzó el documental de Rocío Carrasco, ha llegado el momento de escuchar también a Antonio David Flores. Y es que en Telecinco han visto cómo Sálvame perdía audiencia tras imponerse el pensamiento único (nunca mejor dicho lo de único ya que ni la concursante violada en GH, ni las vejadas por Jorge Javier Vázquez han tenido derecho alguno a decir nada).
Madonna sorprendía al mundo actuando en el orgullo gay de Nueva York. La cantante tiene claro que haber salido de su exilio en Lisboa ha sido todo un acierto. Si bien había usado su cuenta en Instagram para adelantar que estaría en la Gran Manzana, la lectura de sus crípticos mensajes provocó que cientos de personas se agrupasen a las puertas de la discoteca donde actuó.
Belén Esteban le pide a Toño Sanchís un millón de euros en una nueva demanda 
La reina Letizia preocupada y desolada tras las reacciones a las imágenes en las que aparta a la reina Sofía de sus hijas 
Supervivientes 2018, esta es la lista definitiva y los sueldos de los concursantes