
Karmele Marchante, otra friki en Eurovisión
Que el festival de Eurovisión está en franca decadencia ya no hay quien lo dude. Lejos quedaron aquellos años de glamour, sesudas canciones y de un público entregado que, la noche de sábado correspondiente, se reunía en torno a la pequeña pantalla para ver como, por regla general, el amor patrio se quedaba sin puntos y sin galardón.