Arantxa Sánchez Vicario, endeudada por culpa de sus padres

La discreta Arantxa Sánchez Vicario nos sorprende a todos con un adelando de sus memorias en el suplemento de El Mundo, La Otra Crónica. La extenista, ahora capitana del equipo español de Copa Federación, cuenta cómo le han utilizado sus padres, apropiándose de su dinero, y cómo le minaron su autoestima, asegura que para ellos no era digna de enamorar a nadie.

La deportista comenzaba a ganar mucho dinero con tan solo 17 años cuando conquistaba su primer Roland Garros, al que seguirían dos más, un Open de Estados Unidos, cinco Copas Federación y una medalla olímpica. Además fue finalista en Wimbledon y el abierto de Australia y conseguió llegar al número 1 mundial. «Una estimación sencilla, en base a todo lo que está justificado que he ganado, aún no habiendo realizado grandes inversiones, es decir con total prudencia, alcanzaría unos 45 millones de euros«, cuenta.

«Me han dejado sin nada, estoy endeudada con Hacienda y mis propiedades son muy inferiores a las que tiene por ejemplo mi hermano Javier, que a lo largo de su carrera ha ganado mucho menos que yo. ¿Puedo aceptar este abuso y quedarme callada? No voy a hacerlo», explica Arantxa.

El día 7 de febrero sale a la venta «Arantxa ¡Vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer» donde la extenista relata sus vivencia deportivas, pero también su lucha por volver a tomar el control de su vida.

Cuenta como con trece años se alzaba con el Campeonato de España. Un entrenador alemán le fichado unos años antes para su escuela de élite de Marbella y que allí conoció a Steffi Graff. Explica como apenas recibía visitas de sus padres y como para su madre lo más importante era que ganase. Asegura que el desfile de entrenadores que tuvo a lo largo de su carrera se debe a que su padre extendía sus funciones al ámbito deportivo, lo que creó algunos conflictos.

Narra que, en 2002, cuando decidió retirarse estaba muy contenta porque conquistaba su libertad. «El hecho de que yo siempre haya callado ha obedecido al deseo de no crear mal clima en mi familia. No estaba dispuesta a seguir siendo la niña obediente que siempre callaba», cuenta en sus memorias. «Tan solo mi hermano Emilio me hacía sentirme valorada», asegura. Cuando se atrevió a dar este paso se dio cuenta de que esta arruinada y Hacienda le pedía 3,5 millones de euros.

Asegura que su familia piensa que todos los hombres que se han acercado a ella lo han hecho por el interés. Incluido su segundo marido y padre de sus hijos, Arancha y Leo, Pep Santacana. Aclara que sus temas financieros están en manos de sus abogados y que luchará por lo que le pertenece.

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Fuente | La Otra Crónica de El Mundo
Foto | Gtres

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