Una imagen muy distinta del Rey en Una monarquía protegida por la censura.

Una imagen muy distinta del Rey en Una monarquía protegida por la censura.

Escrito por: Elisa    25 junio 2009     2 minutos

“Su vida privada no es nada ejemplar, sus gastos y relaciones con amigos comisionistas son impropios y su falta de responsabilidad ante el delito es algo único en una Europa democrática”. Así se expresa el ex portavoz del PNV y en la actualiad senador de la formación política vasca, Iñaki Anasagasti. El político vuelve a atacar a la Monarquía española, esta vez, no verbalmente, sino en un libro llamado Una monarquía protegida por la censura.

Anasagasti, ya comentó su disconformidad con la Institución hace tiempo, en el desaparecido Está pasando y aquello le trajo algunos enfrentamientos con Jaime Peñafiel, colaborador del programa, en aquella época.

El senador comenta que su libro es el resultado de la experiencia de 20 años de diputado, en los que unas seis veces al año era invitado al Palacio Real, a las cenas oficiales allí organizadas, en «el salón Gasparini, con café y puro, obsequiados por unos elegantes pajes con levita dispuestos para la ocasión», dice textualmente el político.

Al Rey se le hacen preguntas y entrevistas, obviando «sus cacerías, sus dispendios, sus amistades peligrosas y sus negocios con Javier de la Rosa, Mario Conde, Ruiz Mateos, Manuel Prado y demás comisionistas, sin preguntar por sus aventuras extramatrimoniales o sus extrañas desapariciones, en las que nadie sabe dónde está», afirma el vasco y piensa que son una muestra de la censura alrededor de Don Juan Carlos y su familia. La protección hacia ellos es desmedida y no se puede comparar con las de otras Monarquías, para el político tienen todos los privilegios y sus deberes son muy escasos.

Anasagasti ya expresó su disconformidad con el Rey, en cuanto a la guerra de Irak: “Vinieron a una comida en el Congreso él y la Reina. A la entrada estaba un diputado de Izquierda Unida con un cartel que ponía: “No a la guerra”. Don Juan Carlos se acercó y le preguntó: «¿Por qué?, yo soy militar, a mí me gusta la guerra». Esto provocó la rabia incontrolada del portavoz del PNV, por aquella época, que le respondió: «¿Por qué no va usted o envía a su hijo?».

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