Ayer por la tarde se comentaba en Sálvame que Ernesto de Hannover había sido ingresado en un hospital de Ibiza como consecuencia del algún problema en su hígado. Algo que no sorprendía a nadie, dado que es pública la afición del alemán al alcohol, algo que hizo quedar muchas veces en evidencia a Carolina de Mónaco, de la que está separado, por ejemplo en la boda de los Príncipes de Asturias.
Ya fue en el mes de septiembre del año pasado cuando nos llegaron los primeros rumores de la separación entre la princesa Carolina de Mónaco y su esposo, Ernesto de Hannover. Para entonces sólo eran meras especulaciones sobre una pareja a la que no se le veía junta desde el verano, algo poco habitual entre estos príncipes que gustaban compartir de cualquier momento, ya fuera oficial o no.
A la princesa Carolina de Mónaco parece que le "crecen los enanos" o, lo que es peor, le aumentan los problemas íntimos en la soledad de su desamor. A la crisis de su matrimonio se le unen fantasmas del pasado que, todavía, quedan por solventar a fin de que la imagen del díscolo príncipe aparezca en buen lugar. Y es que, por muy poderoso que seas, o creas serlo, al final los malos actos acaban pagándose.
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