Russell Crowe de incógnito por Barcelona

Russell Crowe de incógnito por Barcelona

Escrito por: Rosa María    6 mayo 2009     2 minutos

Russell Crowe ha elegido la ciudad de Barcelona por dos días en los cuales el actor australiano ha pasado en la ciudad condal descansando. En los que ha aprovechado para practicar footing sobre la arena de la playa de la Barceloneta. Y sobre todo pasar completamente desapercibido sin que nadie alterara su descanso.

Russell ha usado prácticamente la misma ropa en los dos días que ha pasado entre nosotros, un pantalón estilo bermuda, unas camisetas, un cuerpo de chándal y una gorra de la que apenas se separaba y que se calaba cada vez que alguien trataba de adivinar quién se escondía bajo ella. Llegó en avión privado y con el mismo medio regresaba a Londres.

El actor no conocía Barcelona; de hecho, Europa sigue siendo una asignatura pendiente que él quiere aprobar con nota. Así que el sábado cogió el avión y le dijo a su mánager: «Vámonos a Barcelona». Y aquí todo le ha resultado muy positivo; tanto, que ha prometido regresar en cuanto sus rodajes se lo permitan.

Sin reservas previas ni llamadas a nadie, se presentó en el hotel Casa Fuster protegido por dos guardaespaldas tan altos como él, que debe de superar el 1,90 fácilmente. No pidió consejos ni para comer ni para fiestas; parecía feliz adivinando, buscando y disfrutando en un discreto anonimato.

Sol sobre la arena y playa frente al restaurante ‘Pinxo Platja’. Cafés con sacarina que él mismo llevaba. Un lugar modesto y tranquilo, concurrido y frecuentado por gente joven, inconformista, que tal vez le recordó los paisajes playeros de su tierra.

Después de los dos días de incognito por Barcelona a sus anchas. Regresó para comenzar el rodaje de ‘Robin Hood’ en Nottingham, Londres dirigido por Ridley Scott. Un rodaje que ha tenido diversos retrasos. Entre ellos un ajuste de guión y luego el peso del actor, a quien el mismo Ridley Scott hizo ganar 20 kilos para ‘Red de mentiras’ y que ahora le ha exigido que los pierda.

Vía | La Vanguardia

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