Una puja en Internet hará posible enterrarse junto a Marilyn Monroe

Una puja en Internet hará posible enterrarse junto a Marilyn Monroe

Escrito por: Sacra    17 agosto 2009     2 minutos

Sin duda la crisis financiera que se está viviendo en el mundo nos está regalando llamativos titulares y sorpresas variopintas que nos muestran hasta donde el ser humano es capaz de llegar con tal de salir del hoyo lo más dignamente posible. Así nos encontramos con estrellas que deben vender sus propiedades muy por debajo de lo estipulado o magnates multimillonarios que ven decaer su imperio a fuerza de ingresos vacíos. Por eso ahora «quien tiene una tumba, tiene un tesoro» y si es al lado de una celebridad, mucho mejor.

Este es el caso de Richard Poncher que próximamente será expulsado de su eterno lugar de descanso para, con la venta del nicho, cubrir gastos y tapar importantes agujeros en las vidas de sus herederos. Y es que los restos de este señor yacen, muro con muro, con el de la archiconocida Marilyn Monroe. Seguramente una acción que será aplaudida y vitoreada por los millones de fans y seguidores de la malograda actriz que podrán pujar por comprarse un lugar al lado de donde descansan sus restos.

Y es que la señora Poncher ya no sabe como hacer frente a la hipoteca de 1,6 millones de dólares que todavía le falta por pagar de su mansión en Beverly Hills. Así que, ni corta ni perezosa, ha recurrido al portal de subastas online ‘Ebay’ para poner en venta el nicho al mejor postor. No olvidemos que otro que, de no arrepentirse a última hora, también será vecino de la diva, es el fundador de ‘Playboy’, Hugh Hefner.

El lugar donde se encuentra el peculiar habitáculo es en el cementerio Pierce Brothers Memorial Park, en la zona del Westwood Village de Los Ángeles. En este mismo lugar están enterradas otras celebridades como Dean Martin, Natalie Wood, Truman Capote o, la recientemente fallecida, Farrah Fawcett. Sin duda un lugar de culto para todos aquellos que les gusta visitar a sus ídolos más allá de la presencia física.

Vía | La Vanguardia