Peligra la candidatura de Karmele Marchante para Eurovisión

Peligra la candidatura de Karmele Marchante para Eurovisión

Escrito por: Sacra    21 enero 2010     2 minutos

A pesar de estar arrasando, como un verdadero tsunami, en las votaciones para hacerse con el control de Eurovisión, la periodista Karmele Marchante, alias Pop Star Queen, podría estar vulnerando varias normas que la Unión Europea de Radiodifusión (UER) ha determinado para poder ser candidato en este festival.

Según denuncian los eurofans en su pagina web, son tres los puntos claves que hacen considerar que esta canción no pueda optar a ser la elegida por los internautas como la más apropiada para representar a nuestro país en el tradicional festival europeo. Algo que puede levantar ampollas mediáticas y más de una crítica desde la cumbre del mundo rosa español.

Las tres irregularidades serían las siguientes:

  • En primer lugar la canción puede ser acusada de plagio debido a que algunas partes de ella contienen fragmentos de canciones de la época franquista. ‘¡Gibraltar, Gibraltar!’ es un himno registrado en el libro ‘España es mi canción II’ donde vienen recogidas diversas canciones que interpretaba el Frente de Juventudes.
  • La segunda cuestión gira a la norma de la UER de que el tema presentado ha de ser completamente inédito, no habiéndose hecho público antes del 1 de octubre de 2009. Al parecer existen varias grabaciones que demuestran que la periodista ya interpretó varios fragmentos del mismo, en distintos programas donde colaboraba, antes de esa fecha. También, y según esta normativa, contiene distintos audios pertenecientes a la melodía del programa en el que trabaja en la actualidad, ‘Sálvame’, por lo que la vuelve a vulnerar.
  • La tercera y última está bien clara y es la alusión directa a un centro comercial, en esta ocasión se trata de ‘Carrefur’. Según estas reglas exigidas por la UER, «se condenan los términos malsonantes y políticos, y también los mensajes comerciales de cualquier tipo».

Veremos como acaba todo esto y si Karmele verá su sueño cumplido de llegar a Oslo para hacer lo que muchos nos tememos: un ridículo espantoso.

Vía | La Vanguardia