María y Cristian vuelven a la casa de GH 12+1

María y Cristian vuelven a la casa de GH 12+1

Escrito por: dlopez    3 abril 2012     2 minutos

María y Cristian vuelven a la casa de GH 12+1. Sólo uno de ellos será otra vez concursante de pleno derecho.

María y Cristian regresaron a la casa de GH 12+1 y se encuentran a la espera de que la audiencia escoja quién será el nuevo concursante de pleno derecho del programa. Cada uno de ellos aporta algo distinto al concurso y ojalá pudieran entrar los dos.

El primero que logró su pase a la casa fue Cristian. El citado es bastante faltón pero luego ha demostrado que tiene un gran corazón tal y como se lo demostró el resto de la casa menos el sibilino Pepe que se quedó con su clásica cara de idiota mientras maquinaba una nueva táctica para seguir avanzando en el concurso.

Es curioso cómo el bailaor retrosexual sigue pensando que todo va bien. Teniendo en cuenta que sus «escuderas» son Sindia y Marta pensamos que ya está todo dicho. Poco concursantes han sido tan perversos como el citado y aunque se considere ganador deberíamos comentar que si ayer se salvó Noemí tras todo lo sucedido pensamos que la canaria tiene bastantes papeletas para la victoria final.

María también entró en la casa y fue precisamente la canaria, la misma que le espetara aquel «cuida a Julia (novia de Hugo al que la primera de las citadas le había tirado los tejos), la que le indicó que entraba de nuevo en la casa. Hugo le recibió con los brazos abiertos y su sonrisa fue lo suficientemente elocuente para expresar sus sentimientos.

El expulsado fue Juan, el pater, otra víctima de Pepe aunque su papel en el concurso ha sido fantástico. De hecho Juan comentó, tras ver el famoso video de Pepe en el que le apodó el «Cur Cachon» (por cura cachondo) comentó «Ver esto de Pepe me confirma que es el más estratega y manipulador de gran hermano 12+1. No es nada personal, es una opinión desde la convivencia. Es la única persona que ha tentado que saliera el Juan chungo porque yo presencié ese momento que hemos visto y les oí riéndose de mí en mi cara. Escuché sus conversaciones y me dieron ganas de saltar pero no lo hice porque he querido controlar mi ira». La polémica está servida.