Tras el éxito de Alejandro Sanz siempre estuvo Rosa Lagarrigue, una representante a la que el cantante tendrá que pagarle 5,4 millones de euros. El cantante rompió, de forma unilateral, el contrato que le unía a Lagarrigue acusándole de ciertos movimientos nada claros en sus cuentas.
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