Buenos Aires, una ciudad de película

Buenos Aires, una ciudad de película

Escrito por: Redacción    28 julio 2018     3 minutos

Cada mes de abril, Buenos Aires se viste de gala para albergar uno de los acontecimientos cinematográficos más importantes de América Latina: el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente. Organizado por el Ministerio de Cultura del Gobierno de la ciudad, el BAFICI reúne anualmente figuras tanto nacionales como extranjeras de la gran pantalla, que se acercan a la capital argentina para presentar su última película.

Coincidiendo con el vigésimo aniversario del festival, la edición de este año abrió con una doble función del filme Las Vegas de Juan Villegas, un habitual del BAFICI. Pero esta no fue la única comedia que consiguió captar la atención de los miles de espectadores, ya que los organizadores del festival también optaron por una divertida cinta para la clausura: el último proyecto de Wes Anderson, el filme de animación por stop motion titulado Isla de perros.

La 20ª edición ha querido romper todos los récords. Por un lado, se proyectó el mayor número de películas extranjeras de toda la historia del BAFICI y, además, se contó por primera vez con un total de 36 sedes, que se distribuyeron por 15 barrios de la ciudad portuaria. Como dato curioso, además, la mitad de los miembros de los jurados oficiales fueron mujeres, quizás un guiño al movimiento feminista y #metoo que en los últimos tiempos ha estado presente sobre todo en la industria del cine.

Los que atendieron el festival porteño tuvieron la posibilidad de ver antes que nadie en el país una centena de películas, entre ellas las premiadas. La flor de Mariano Llinás consiguió hacerse con el primer puesto en la Competencia Internacional y además arrasó en la categoría de Mejor Actriz, ya que sus protagonistas Pilar Gamboa, Elisa Carricajo, Valeria Correa y Laura Paredes compartieron el honor. Las hijas del fuego de Albertina Carri, por otro lado, se llevó el máximo galardón en la Competencia Argentina.

Fue, pues, una excelente edición para los largometrajes argentinos y, quién sabe, quizás en unos meses veamos alguno de ellos en la carrera para conseguir el Óscar a la mejor película de habla no inglesa. El BAFICI de hogaño también sirvió para plasmar el auge de directoras que está viviendo el país, una buena señal que puede que se repita en los próximos años. Otro elemento que nos hace pensar que las cosas se están haciendo bien es el gran talento visto en los cortometrajes, que prevé pues una inmejorable próxima generación de cineastas.

Quizás uno de estos jóvenes talentos decida escoger el encanto de Buenos Aires para filmar una película, como tantos otros directores han hecho antes. Y es que la capital tiene algo que enamora. Sus calles son eternos escenarios de cine. Así lo demuestra, por ejemplo, El secreto de sus ojos, una historia protagonizada por Ricardo Darín y Soledad Villamil que, bajo las órdenes de Juan José Campanella, cocinaron uno de los filmes argentinos más destacados de la última década. También pasarán a la historia los planos de la ciudad retratados en Evita o Focus.

Ya sea paseando por el barrio de Palermo, dejándote maravillar por los colores de La Boca o dando una vuelta por San Telmo, Buenos Aires siempre te recordará a un filme. Los locales se toman muy enserio eso del cine y son capaces tanto de organizarte un festival para celebrar el séptimo arte independiente como prestarte sus rincones más maravillosos para ser plasmados en película. No hay duda de por qué son tantos los artistas que quieren pasar por aquí.

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