El príncipe Carlos no ha leído, todavía, las polémicas memorias de su hijo Harry

El príncipe Carlos no ha leído, todavía, las polémicas memorias de su hijo Harry

Escrito por: dlopez    24 agosto 2022     2 minutos

La familia real está preparada para leer las memorias del duque de Sussex al mismo tiempo que el público.

La familia real está preparada para leer las memorias del duque de Sussex al mismo tiempo que el público. Ni el Príncipe de Gales ni el Duque de Cambridge han visto ninguna parte del manuscrito, ni siquiera se les ha dicho cuándo se publicará el libro. Sus abogados y asesores también han sido mantenidos en la oscuridad. Se espera que el tomo tan esperado se publique este otoño y, sin duda, alborotará el gallinero, como mínimo.

Fuentes cercanas al Príncipe de Gales indicaron que habría esperado que a los miembros de su equipo se les hubiera enviado el libro antes de su publicación. Confiaron, sin embargo, que era «poco probable que estuviera en su lista de libros por leer».

Los ayudantes de palacio son conscientes de que este es un libro que necesita poca publicidad. Después de haber pagado 20 millones para asegurar el trato, se habrá diseñado cuidadosamente una estrategia previa a la publicación. Se entiende que el libro ha sido terminado y ya ha «pasado por todos los procesos legales», lo que lleva a algunos a especular que Penguin apostará por sorprender, por lo que la publicación será precedida por una breve y aguda ráfaga de revelaciones.

La anticipación nerviosa ha arrojado una larga sombra sobre la familia real, haciendo poco para reparar las relaciones ya rotas con los Sussex. Como tal, a las fuentes del palacio les resulta difícil imaginar una situación en la que el duque de Sussex pueda disfrutar de una reunión amistosa con su hermano durante el breve regreso al Reino Unido del próximo mes.

Algunos se sorprenden de que Penguin parezca estar dispuesta a arriesgar su reputación al publicar un libro que probablemente contenga acusaciones muy subjetivas. Sin embargo, los ayudantes reales notan astutamente que son muy conscientes de que la familia real nunca demandaría a uno de los suyos. Si bien es una práctica común, con fines de precisión, presentar ciertas alegaciones por parte de los involucrados antes de la publicación, en este caso los riesgos se consideran pequeños. Tampoco existe obligación legal de ofrecer un derecho de réplica.

Se cree que la publicidad se reducirá al mínimo y se centrará en gran medida en el mercado estadounidense. Es posible una aparición en televisión con una cadena amiga o una entrevista en una revista como Vanity Fair. El escándalo está servido.

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