Los famosos y sus extrañas fobias

Los famosos y sus extrañas fobias

Escrito por: Sacra    6 junio 2009     2 minutos

Creemos que ya pocas cosas nos pueden sorprender del idolatrado mundo de los famosos. Relaciones que van y vienen, extravagantes gastos en paraísos marinos o secretos que se airean en redes sociales como si de un patio vecinal se tratara. Para recavar en sus miserias, en sus bolsillos o en sus cirugías, ya nos procuran listas de ‘la más atractiva’, ‘el más poderoso’ o ‘la de menos cerebro’, entre otras lindezas. Pues ahora, viene a sumarse al mundo del ranking, uno fabricado por el americano Fredd Culbertson y que reúne más de 530 miedos y temores que afectan al 11% de la población.

Está claro que los miedos y las fobias han estado presente en Hollywood desde que apareció la primera estrella del celuloide. Alfred Hitchcock era ovofóbico, es decir, se volvía loco ante la presencia de un huevo. El pirata más famoso del cine, Johnny Depp, no soporta a los payasos, «da la sensación que el verdadero mal se esconde detrás de esa superficie (de maquillaje)», a ese miedo se le ha bautizado como ‘claurofobia’.

David Beckham, por su parte, sufre uno de los miedos más extraños y que se llama ‘ataxofobia’ y que consiste en un miedo extremo al desorden, tanto es así que todo lo que esté a su alrededor debe estar ordenado por colores: las camisas de su armario, las latas de refresco del frigorífico… Carmen Electra, por su parte, tiene un pánico infernal al agua, algo que no terminamos de explicarnos ya que fue la protagonista de ‘Los vigilantes de la playa’. Jennifer Aniston tiene miedo a volar. Billy Bob Thornton, ex marido de Angelina Jolie, no puede soportar el mobiliario antiguo y Pamela Anderson, por ejemplo, odia ver su reflejo en el espejo.

Pero, sin ninguna duda, el que se lleva la palma en el mundo cinematográfico con respecto a fobias, manías, miedos y demás odios infernales, es el cineasta Woody Allen. Él mismo, en una de sus películas confiesa la enorme lista de pánicos que, a pesar de intentar evitarlos, tiene que soportar. Los insectos, la luz del sol, los perros, los niños, la altura, los cangrejos, las habitaciones pequeñas, la muchedumbre y todo lugar que esté fuera de Manhattan. No sabemos si le han podido poner nombre a este ‘multi-miedo’ pero yo lo llamaría, quizás, exceso de egolatría.

Vía | El Mundo

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