Carmen Borrego y José María Almoguera aburren con la trama de su desencuentro
José María Almoguera y Carmen Borrego confirmaron ayer que su guionizado desencuentro aburre a cualquier tipo de persona.
Ya llevan varios viernes dedicados a vender por entregas esta especie de La casa de la pradera que se han inventado entre madre e hijo. Ninguna de las partes implicadas convence a nadie. De hecho, si alguien pensaba que todo se iba a arreglar, iba muy equivocado. Ya dijo Carmen que «yo no he venido a solucionar aquí los problemas ni a tener un careo con él».
Luego, incluso atacó a su sobrina Alejandra Rubio a la que le recordó que «yo he venido aquí a una entrevista que estaba acordada. No vengo a solucionar ningún problema, sino que vengo a expresarme. Con respecto a Alejandra, creo que es libre y me gusta que lo sea. Yo lo comprendo porque en la situación contraria a mí tampoco me gustaría».
Tras reconocer que si estaba en el programa era para trincar, entró en materia confirmando que «yo no puedo ser responsable de todo lo que dicen los demás. Estoy de acuerdo en que lo que tengamos que hablar o si nos tenemos que abrazar que sea en privado. Yo le voy a dar su tiempo, nunca he ido contra él. Muchas veces he pedido que nadie hablara al de él delante de mí. Yo sufro y él lo sabe».
Añadía que «creo que el habernos sincerado hoy es un punto de partida para poco a poco sanar heridas y sentarnos a hablar de verdad. No voy a entrar en conflictos ni a perdonar en un plató. Nuestro camino es muy largo y espero que lo recorramos de la mano lo antes posible. En este tiempo de sanar, yo estoy para ayudarle y para lo que necesites. Las madres debemos conciliar porque yo no he dejado de querer a mi hijo ni un solo segundo de mi vida. Te pido que te cuides y que sepas que para cualquier cosa estoy aquí, para quererte y cuidarte». Como se negó a reconciliarse en directo y dijo que había que seguir hablando, nos espera otra exclusiva más. Así, cumplen con las condiciones pactadas y todos contentos. ¿Hasta cuándo?
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