Cuentos Chinos firma su sentencia de muerte en su peor semana

Cuentos Chinos tiene como denominador común la desesperación por salvar los muebles. 94 de cada 100 espectadores deciden ver otro programa cada noche. Lo que empezó como una fotocopia del programa de Pablo Motos ha ido degenerando hacia una especie de Sálvame de tercera regional con ningún destello de talento.

Así las cosas, el martes marcó un mínimo histórico con 776 000 espectadores y un 5,8 % de audiencia. Una vez más, se alegará que el fútbol femenino, con un millón de espectadores, fue el motivo, pero no fue así. Sumando el sueldo de Vázquez, el de los colaboradores y el del resto del personal, el programa supone un problema económico para la cadena al no obtener ningún tipo de rentabilidad.

Y es que lo de tener a un presentador que lo supervisa todo y que parece ir de vuelta sin respetar a nadie no ayuda a sentirse a gusto tras una jornada de trabajo. Los contenidos son los mismos que los del resto de programas de la cadena, es comentar lo comentado, ver lo visto y esperar a que la mascota diga alguna impertinencia.

Mucho nos tememos que esta situación no va a durar y que todo se va al traste en solo dos semanas. Habrá que ver cuáles son las reacciones de los que apostaron por el formato y, sobre todo, de un Vázquez que ha recibido un varapalo enorme que confirma que podría haberse dedicado a la radio o a cualquier otra cosa antes que volver para, presumiblemente, ponerle punto final a su carrera televisiva. Ya veremos qué sucede al final.

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