Pol y Miguel se fueron a vivir juntos al apartamento de GH 17 por decisión del programa. La temperatura fue subiendo entre ambos y el gallego optó por declararle su amor al luchador. Al volver este último a la casa optó por contarle lo sucedido a Adara y la casa estuvo a punto de saltar por los aires.
Miguel y Adara son, al cincuenta por ciento, el ojo del huracán que está convirtiendo la casa de Gran Hermano en una casa de locos. El gallego comentaba que su padre está internado en un psiquiátrico mientras sentía las dudas de su amiga Clara hacia su persona. Adara por su parte sigue viviendo en el mar de los celos por la actitud del antedicho.
Pol y Adara parecen aliviarse bajo el edredón pero la joven no deja de tener celos de Miguel. La verdad sea dicha, es para tenerlos. Es posible que el luchador y el calvo sean amigos pero algunas muestras de cariño sobrepasan la amistad para entrar en el terreno del afecto. Intentamos a continuación desenmarañar lo que está sucediendo.
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